martes, 30 de octubre de 2012

INDIOS DE LA COSTA NOROESTE AMERICANA: ECOLOGISTAS NATURALES


Aurora Pérez Miguel
Doctora en Historia de América



En pleno siglo XXI se hace cada vez más urgente la necesidad de concienciar a todos los habitantes del planeta para que se tomen medidas en torno a la preservación del medio ambiente. Son ya evidentes las pérdidas de la biodiversidad y los efectos adversos del cambio climático. Se reduce la población de algunas especies animales, heridas por la caza, la pesca indiscriminada y la disminución de condiciones de habitabilidad de su hábitat natural. Los bosques agotan sus reservas y la contaminación del aire, agua y tierra amenazan con influir de manera negativa en el modo de vida del ser humano.

La batalla entre desarrollo y preservación medioambiental se planteó a finales del siglo XIX, y su preocupación se extendió durante todo el siglo XX.

Los indios de la costa NO del Pacífico en los siglos XVIII y XIX

Todas estas consideraciones, estudios, debates y discusiones son relativamente nuevas para nuestra sociedad occidental, pero para los indios de la costa del Pacifico NO americano la preservación medioambiental no se planteaba como tema discutible ni opinable, ni como una preocupación externa a su vida cotidiana. Sencillamente, vivían inmersos en el medio ambiente, a cuyo entorno pertenecían de manera natural perfectamente integrados en el hábitat que era su vida.


La zona aludida se concreta en los actuales estados de Washington y Oregón en USA y de Columbia Británica en Canadá.

Allí vivían diversas tribus con distinta población y distribuidas en territorio de diferente tamaño, subdivididas en varios grupos o bandas, que tenían en común un estilo de vida basado en la hermandad con el medio, al que amaban y respetaban, y de cuyos abundantes frutos se aprovechaban, ya que el terreno era pródigo en caza, pesca (marítima y fluvial) y bosques repletos de todo lo necesario para autoabastecerse y construir sus viviendas y utillajes.

Muchos historiadores y estudiosos coinciden en clasificar a estos indios como los “ecologistas naturales” o los “aborígenes conservadores por la peculiar actitud de estos indígenas hacia la tierra que compartían con otros seres vivos. .


La compenetración con el medio ambiente se percibe sobre todo en dos aspectos importantes de las vidas de estos clanes. Uno tiene que ver con la supervivencia material (aunque ligada también al espíritu): la pesca del salmón y todo el significado que ello conlleva. El otro aspecto es puramente pneumático: el poder de los espíritus.

La pesca del salmón

El retorno del salmón es uno de los fenómenos más hermosos de la vida en el pacífico NO de América.

Hay cinco especies distintas y todas ellas siguen idéntica ruta. Los jóvenes salmones emprenden su camino río abajo hacia el agua salada hasta que, reclamados por una llamada misteriosa –creían los indios-, inician el retorno río arriba luchando contra los rápidos y las corrientes y remontando pequeñas cataratas hasta llegar –los que no son capturados por el camino- a su pequeño río tributario donde nacieron. Allí se reproducen y luego mueren.

El ciclo vital del salmón en esta parte del mundo continúa siendo un misterio para los investigadores de hoy día, como lo fue para los indígenas que vivían entonces. Algunas teorías apuntan que el salmón encuentra su camino de retorno desde el mar usando el sol y ajustándose a sus posiciones a lo largo del día; su instinto les llevaría al agua dulce y una vez allí recuerdan formas e inician de manera natural movimientos río arriba guiándose especialmente por un delicado sentido del olfato, que les dirige hacia su lugar de nacimiento.

Estas teorías suscitan muchas dudas y cuestiones sin descifrar. Los indígenas de la zona, con su antropomórfica concepción de que todos los seres vivos eran seres humanos que tomaban diferentes formas según las circunstancias, creían que el salmón retornaba para beneficiar al hombre, suministrando sustento a la tribu. El hombre-salmón vivía en cuevas submarinas esperando la estación propicia para vestirse con su traje de salmón e iniciar la ceremonia de su sacrificio remontando los ríos. El indígena, conocedor de esto, cumplía escrupulosamente su parte en el equilibrio de la naturaleza para no perjudicar al hombre-salmón, así que, cuando comían el pescado tiraban las espinas al agua para que se produjera la reencarnación al completo. Si caían en tierra algunas espinas, el hombre-salmón se reencarnaba cojo o manco, o sin otro miembro.


El poder de los espíritus

Casi todas las acciones de la vida de los pobladores de esta zona estaban conectadas con el poder de los espíritus: los hombres-salmón, los espíritus de los cedros y de otras
especies de los bosques (a los que había que pedir permiso para derribarlas), los espíritus de algunas piedras o rocas (que no se podían mover sin el permiso de su “poseedor”), etc.

El catalizador de toda esta corriente espiritual era el hombre-medicina de la tribu, el shaman, gran conocedor de las plantas medicinales de su entorno, que aplicaba en forma de cocimientos, cataplasmas, bálsamos y jarabes, acompañándose  siempre de canciones monocordes en las que se reclamaba la ayuda de los espíritus.

Cuando alguien caía herido o enfermo, se acudía al shamán, al que se tenía mucho respeto y era tenida su figura en gran prestigio (aunque inferior al del jefe). Creían que las enfermedades podían ser producto de la enemistad de algún espíritu y que éste había inoculado el mal, así que lo primero  que había que hacer era tratar de sacar del cuerpo del enfermo esos pequeños objetos semianimados, o neutralizar el hechizo o el mal de ojo.
. Hay que señalar que muchos de estos hombres-medicina padecían epilepsia, lo que les confería una “ventaja” a la hora de atemorizar y convencer a sus vecinos de sus poderes ultramundanos. (8) Los que no tenían epilepsia se provocaban ataques similares usando plantas alucinógenas.

Así pues, el medio ambiente y su íntima conexión con los pobladores de la costa NO queda patente no solo en su modo de vida cotidiano, sino también en el tratamiento espiritual y trascendental, por lo que han sido considerados como ecologistas naturales.

Llegada de los europeos

La llegada de los europeos a las  lejanas costas del NO supuso para los habitantes de estas latitudes una serie de conmociones en cadena que pasaron, sin duda, las fases de: sorpresa, curiosidad, colaboración, recelo ante las crecientes exigencias de los europeos, temor ante las frecuentes agresiones ante un modo de vida, protesta ante la paulatina devastación ecológica del entorno, oposición ante las imposiciones de nuevas culturas, confrontación y, finalmente, sometimiento y adaptación forzosa ante lo inminente.

Sin embargo, “los europeos” no eran un solo pueblo con idénticas leyes y actitudes, sino que eran varias naciones que, aunque compartían la misma filosofía occidental de la vida, tenían sus peculiaridades, y sus propias leyes y modos de vida diferentes (e incluso enfrentados entre sí.

Atrás quedaban los siglos XVI y XVII con su componente de aventura y conquista. El siglo XVIII era el Siglo de las Luces. Las naciones europeas competían en el plano político y en los avances científicos y tecnológicos. Esa competición en la vieja Europa la trasladaban allende de los mares, confrontando poderío y afán de conocimientos.

Hacía ya muchos años que los rusos comerciaban con los nativos, habiendo establecido sus factorías a lo largo de las costas septentrionales. Los españoles, ahítos de la aventura americana, extienden su fiebre exploradora hacia el norte, tanto por tierra como por mar. Los ingleses y franceses no quieren perder terreno en un área que se perfila de gran riqueza. Norteamérica, recién estrenada su independencia, no puede faltar a la cita de  “los grandes” en un territorio que considera más “suyo” que de las otras potencias. Comienza así la gran función en la que serán actores principales los europeos de una manera volitiva y consciente, y los indios habitantes de estas tierras de manera involuntaria e inconsciente.

Y así llegamos al siglo XIX, cuando surge la relevante figura del Jefe Seattle.
El Jefe Seattle, figura emblemática en la defensa del medio ambiente

La figura del Jefe Seattle, el discurso pronunciado ante el Gobernador Isaac Stevens, Comisario de Asuntos Indios en el Estado de Washington y, sobre todo, la Carta al Gran Padre Blanco de Washington convirtieron a este indígena jefe de los suquamish y de los duwamish en el gran símbolo del movimiento ecologista que se desarrolló en la década de 1970. Todos aquellos que se definen defensores del medio ambiente veneran la memoria del jefe cuya actividad, valentía y profunda comunión con  el medio revelan la enorme preocupación que él y sus contemporáneos sentían por la degradación que estaba sufriendo la zona merced a la acción devastadora del hombre blanco.


La carta del Jefe Seattle

Éste es uno de los documentos más apreciados por los ecologistas. En 1854 el presidente de los EE.UU Franklin Pierce envió una oferta al jefe Seattle para comprarle los territorios ocupados por las diferentes tribus agrupadas bajo el mandato del jefe. A cambio le ofrecía la creación de una gran reserva para él y para su gente. En 1855 el jefe de los swanish responde mediante una larga carta al “Gran Padre Blanco de Washington”. Esta carta, difundida a través de Naciones Unidas, publicada por el PNUMA (Programa de ONU para el medio ambiente), y reconocida por el Consejo de Europa para su difusión internacional, es la declaración más profunda y bella que se ha hecho sobre el medio ambiente.


l.

Está escrita, en plena madurez, por un hombre que había pasado de la confrontación y la lucha al diálogo, a la pacificación y al consenso. Sabía que luchar contra el hombre blanco era inútil, que peligraban sus tierras, y que la reivindicación de las mismas no podía hacerse por el camino de la guerra o de la oposición. La actitud conciliadora que manifiesta en esta carta como tendedor de un puente hacia la amistad y el entendimiento era muy meritoria y difícil en un tiempo en el que percibía que el modo de vida de su pueblo sucumbía irremediablemente. La última baza que le quedaba por jugar era la de convencer al Presidente Pierce –al “Gran Padre Blanco”- de que, si les dejaban en sus territorios, ellos los cuidarían y los defenderían no solo por el bien de su propio pueblo sino también en beneficio del hombre blanco, que no sabía cómo cuidar el entorno y, según utilizaban sus inventos y tecnologías, pronto terminarían degradando el medio ambiente, vital para la regeneración de la tierra y de las especies.


Consideraciones finales

No hay absoluta certeza de que el discurso y/o la  carta del jefe Seattle sean verdaderos o falsos; de si partieron de una mínima base y luego fueron modificados; de si la idea inicial fue del jefe indio y luego ampliada por posteriores protagonistas; o bien si todo
fue auténtico y nos encontramos ante un verdadero visionario de la defensa medio ambiental….

Solo sabemos una cosa: cuando el ser humano genera una idea tan auténtica, veraz y hermosa como es el cuidado y la prevención del deterioro de la tierra y de las especies, el respeto debe ser unánime.

La carta contiene profundos pensamientos sobre ética, patria, naturaleza, religión trascendencia del ser humano ecologismo recapacitación sobre el destino común de los seres que pueblan el universo.


El amor por su territorio se hace tan patente y profundo que trasciende desde su período vital hasta más allá de su muerte, aludiendo al término “madre” como característica definitoria de ese amor.

Alerta sobre las consecuencias que podrían derivarse del uso indiscriminado de los bienes de la naturaleza. Esta degradación se va manifestando de manera paulatina y continuada. Por ello insta al hombre blanco a proteger su entorno porque éste es perecedero e intenta hacerle comprender que del abuso del poder incontrolado pueden derivarse consecuencias irreversibles para ellos y para sus descendientes.

Sería triste que la especie humana terminase de vivir para contentarse con una mísera supervivencia.

El cambio. El Lobo James

 Los indios de la Costa Noroeste, al igual que otros indígenas de Estados Unidos, comprendieron que debían organizarse por sí mismos y luchar por sus propias reivindicaciones. Algunas instituciones y organizaciones tanto de indios como de blancos apoyaron la lucha de los indios por su supervivencia, ligada siempre a la protección del Medio Ambiente. Actores y actrices del prestigio de Marlon Brando, Jane Fonda y Robert Redford, entre otros, salieron valientemente a la palestra, explicando a sus compatriotas el abandono en que se encontraban los pueblos indígenas y la falta de atención de las sucesivas administraciones, pero, pese a todos estos movimientos de protesta, no se consiguieron resultados espectaculares.

En el año 1990 conocí a un descendiente directo del Jefe Seattle, conocido como el Joven Seattle o el Lobo James. Me introdujo en su tribu un antropólogo y biólogo americano, Kart Russo, gran amigo de los indios lumi. El Lobo James se mostró amistoso, aunque muy tímido. Me llevó a casa del Jefe Ken Cooper, quien nos esperaba con su esposa para darme la bienvenida. . Me enseñaron sus tierras, sus bosques, explicándome para qué servía cada planta, los usos medicinales que tenía, y la relación que tenía cada objeto (animado o inanimado) con los espíritus. Cooper me dijo que cada vez que derribaban un cedro oraban antes pidiéndole permiso al espíritu del cedro, y que mantenían viva la tradición de, cuando comían salmón, arrojar las espinas a los ríos para que el dios-salmón se reencarne completo.

Siguen creyendo en un poder supremo que manda en todo. Aunque tienen acceso a los médicos y a la medicina de los blancos, siguen utilizando la sabiduría de sus shamanes y sus plantas medicinales, por ejemplo, la corteza del cerezo, tomada en forma de jarabe, para el resfriado. Tienen sus Universidades y estudian básicamente derecho y temas relacionados con el medio ambiente. Aunque han conseguido que muchas leyes americanas protejan sus derechos, siguen luchando para proteger su identidad.


Conclusiones- Reflexiones

¿Fue el Jefe Seattle una especie de profeta del ecologismo? ¿Fue un crítico avanzado de nuestra civilización industrial? ¿Fue simplemente un indio estrechamente vinculado a la naturaleza, que expresó en forma sencilla y auténtica lo que veía a su alrededor y lo que podía adivinar en un futuro?

Nunca lo sabremos. Lo cierto es que Seattle se ha convertido en el mito del ecologismo, donde los pueblos indígenas y sus descendientes se manifiestan como cuidadosos ahorradores y preservadores de los recursos frente al derroche manifiesto de los exploradores, colonizadores y pobladores blancos. Los indios de la costa NO de América vivían como poblaciones autosuficientes, limitándose  nada más que a los recursos que tenían a su alcance, a merced de las fuerzas naturales e influenciados por las creencias espirituales que estaban presentes en sus vidas. Su estilo de vida en comunión con la naturaleza no pudo trascender por la poca población y escasez de medios, pero acabó propagándose gracias al impacto de la difusión de la carta del Jefe Seattle.

Nada importa la autenticidad de la carta en tanto comprendamos que ésta nos llega a los occidentales como un boomerang de nuestro “yo” perdido. Nos devuelve nuestra propia y antigua figura de seres libres y auténticos deformada en un espejo, siempre insatisfecha, devoradora de recursos e incapaz de asumir la estrecha vinculación del hombre y el medio.

En tanto en cuanto la vieja carta de Seattle sacuda nuestras conciencias, nos abra a la comprensión y nos despierte de nuestro letargo incorporándonos a la defensa del medio ambiente, bienvenida sea dicha carta, autentica o falsa, original o manipulada. Si queremos cambiar el dramático final de la carta del Jefe Seattle: “Termina la vida. Empieza la supervivencia”, el mensaje es inequívoco: HAY QUE SALVAR LA TIERRA. Mientras tanto los indios de la región elevan una oración a su cielo: GRAN ESPIRITU, PODEROSO PADRE, PERDONALOS PO NO AMAR A SU MADRE TIERRA, PERO SALVALA……… PARA NUESTROS HIJOS






domingo, 7 de octubre de 2012

Fijet en Alejandría





Miguel Ángel García Brera

A la misma hora en que me pongo a escribir este artículo, mis colegas de FIJET estarán presenciando el solemne acto de entrega de “La Pomme d´Or" en el artístico “Alexandria Opera House”, obra del arquitecto Georges Park, realizada en 1918 e inspirada en la Opera de Viena y en L´Odeon de París. El edificio, abandonado y deteriorado por el tiempo en alguna época, se reabrió hace ocho años, una vez recobrado su primitivo esplendor.

Antes, durante la mañana mis colegas se habrán extasiado ante la moderna Biblioteca de 36.770 metros cuadrados, terminada el 31 de Diciembre de 1996, con monumental diseño de un cilindro en cuya pared exterior se han dado cita los diccionarios de todo el mundo para dejar esculpida alguna frase en un sinfín de idiomas. En su interior, la gran sala de lectura con 11 niveles escalonados se soporta en columnas de hormigón y maderas nobles, mientras guarda, para satisfacer la predilección de hasta 2.000 lectores, unos 200.000 libros - o más, ya que está cifra me fue dada durante mi visita, en la fecha de su inauguración - entre los que hay un depósito de 10.000 manuscritos. El aluminio, aliado con el cemento, el cristal, y el granito de Asuán, ofrece amplios y variados espacios rincones en su interior, promoviendo reflejos al exterior que quieren recordar el famoso Faro, que fue una de las 7 maravillas del Mundo, y de cuya recuperación - al menos de alguno de sus restos - en la mar cercana, he leído noticias varias, sin que tenga confirmación de tan importante hallazgo. La UNESCO, Egipto y otros países, incluyendo España, contribuyeron a realizar la actual Biblioteca, declarada Patrimonio de la Humanidad, que quiere ser un homenaje a la llamada Gran Biblioteca, en la antigüedad, que terminó pasto de las llamas, sin que sea muy seguro ninguno de los datos que, según el historiador de turno, se dan al respecto: Unos lo han atribuido a un pirómano individual y otros a distintos colectivos o a sus caudillos. La pérdida de aquellos papiros -que sumaban 900.000, en la época de Marco Antonio-, donde la ciencia, la filosofía, la literatura, la caligrafía, el dibujo y otras artes y ciencias dejaron todo el saber del mundo antiguo, fue una de las mayores pérdidas de la Humanidad; por eso es tan encomiable el esfuerzo y la tenacidad del pueblo egipcio para atemperar la desdicha de haber perdido la Gran Biblioteca, construyendo esta nueva, abierta a las donaciones de libros y a los modernos soportes multimedia de todos los países. 


A estas horas, Tijani Haddad, reelegido presidente de FIJET para un mandato de cuatro años, habrá hecho entrega del trofeo, acompañado de un discurso brillante, según nos tiene acostumbrados su facilidad de palabra. También, como consecuencia de las elecciones, celebradas el día de San Miguel, a las que ya no he presentado mi candidatura -después de cuatro mandatos como vicepresidente- para dar entrada a gente joven, el presidente de FIJET habrá podido dar posesión a los nuevos miembros del Comité Ejecutivo, entre los que ha conseguido ser uno de los más votados, tras Ertan Sandikcioglu, Tina Cubrilo y Salah Attia -el fantástico organizador de tantos viajes de periodistas de turismo a su país, y de este 54ª Congreso-
el Tesorero de FIJET ESPAÑA y presidente del CIT de Tenerife, Miguel Ángel González Suárez.

El Congreso, en parte itinerante, seguirá mañana su programa y, tras visitar las Catacumbas y el entorno de la Columna de Pompeyo, de 25 metros, esculpida en granito rojo, cabe el lugar donde se dicen enterrados los toros sagrados Apis, tomará la ruta del Alamain para contemplar el Cementerio de los caídos en aquel célebre campo de batalla durante de la Segunda Guerra Mundial. Antes, los periodistas habrán hecho de ilusionados jardineros, plantando un árbol de cada país en la llamada “JOURNALISTS TOURISTS VILLAGE” y de defensores de la paz y el respeto al ser humano, manifestándose contra las minas antipersona.


El Congreso, que comenzó en El Cairo, con una de las visitas probablemente más imposibles de olvidar para cualquier viajero – la de las Pirámides de Giza – terminará igualmente en la capital egipcia, con alojamiento, -¡nada menos!- que en el mítico Hotel Mena House Oberoi, en cuyos jardines he asistido a muchas cenas de gala y presenciado magnífico shows, pero en el que nunca me alojé, pese a ser la segunda vez que me ha sido reservada habitación en él. En la ocasión anterior, hube de ceder al deseo de otros colegas de que me alojara en el hotel previsto para el resto del grupo y, en ésta, a una revista, que equivocada, y paradójicamente, parece cifrar la libertad de expresión, en ofender el sentir religioso de los creyentes, y esta vez el de los musulmanes. El revuelo y la consiguiente advertencia de la embajada española, me ha dejado en Madrid con los billetes y el visado ya obtenidos. Si alguien me pregunta si no estoy disgustado por haber perdido tan atractivo viaje, debo decirle que viajar a Egipto es, como diría un castizo, “lo más de lo más”. Y hacerlo con FIJET, tiene un plus. No siempre uno pude realizar lo que desea, pero no hay porque enfadarse: La intención de viajar de nuevo a Egipto nunca dejará de estar en mi agenda anual. 

viernes, 5 de octubre de 2012

Miguel Angel González Suárez, elegido miembro de la Comisión Ejecutiva de la Federación Mundial de Periodistas de Turismo



Esta semana se ha desarrollado el 54º Congreso de la Federación Mundial de Periodistas y Escritores de Turismo en el Cairo, Egipto. En esta ocasión, también ha sido una cita electoral y mediante listas abiertas se presentaron 2 candidaturas a la Presidencia de FIJET. Y 18 países optaron a cubrir los 8 asientos en el Comité Ejecutivo.

Tras la resolución del  proceso electoral, la máxima dirección de la organización mundial la van a ostentar durante los próximos 4 años:

Presidente: Mr. Tijani Haddad (Tunez)

Vocales:      Mr. Ertan Sandiikcagw (Turquia)
                    Mrs. Tina Cubriro (Croacia)
                    Mr. Salan Attia (Egipto)
                    Mr. Miguel Ángel González Suárez (España)
                    Mrs. Bernadette Bonnetain-Roux (Francia)
                    Mrs. Natalia Tarasenko (Rusia)
                    Mr. Ertan Sandikcioglu (Israel)
                    Mrs. Ana Plenzlor (Polonia)

La candidatura de España fue la del directivo de FIJET EspañD. Miguel Ángel González Suárez, Presidente del Centro de Iniciativas y Turismo de Santa Cruz de Tenerife, que fue uno de los más votados.

La Federación Internacional de Periodistas y Escritores de Turismo se fundo en París en 1954. Tiene su sede en Lyon, Francia. Esta formada por profesionales del periodismo, editores y escritores. Teniendo una dedicación a la objetividad en su trabajo y esfuerzo constante para elevar el nivel intelectual del turismo mundial y el nivel físico de los destinos y lugares de interés.

FIJET cuenta con más 1.000 miembros en 45 países. Todos los año se lleva a cabo un "Congreso Mundial" para destacar un tema o problema de interés internacional en los viajes y el turismo.

Desde 1962 es miembro consultivo de UNESCO con el objetivo de promocionar las culturas del mundo, la difusión de ideas, aumentar la seguridad y la paz, así como la cooperación y el entendimiento universal, y estimular la cultura y la ciencia. También es miembro asesor de la Organización Mundial del Turismo (OMT), la Federación Universal de Agencias de viajes y del Consejo Internacional de Turismo, entre otros organismos internacionales.