domingo, 11 de noviembre de 2012
martes, 30 de octubre de 2012
INDIOS DE LA COSTA NOROESTE AMERICANA: ECOLOGISTAS NATURALES
Aurora Pérez Miguel
Doctora en Historia de América
En pleno siglo XXI
se hace cada vez más urgente la necesidad de concienciar a todos los habitantes
del planeta para que se tomen medidas en torno a la preservación del medio ambiente.
Son ya evidentes las pérdidas de la biodiversidad y los efectos adversos del
cambio climático. Se reduce la población de algunas especies animales, heridas
por la caza, la pesca indiscriminada y la disminución de condiciones de
habitabilidad de su hábitat natural. Los bosques agotan sus reservas y la
contaminación del aire, agua y tierra amenazan con influir de manera negativa
en el modo de vida del ser humano.
La batalla entre
desarrollo y preservación medioambiental se planteó a finales del siglo XIX, y
su preocupación se extendió durante todo el siglo XX.
Los indios de la
costa NO del Pacífico en los siglos XVIII y XIX
Todas estas
consideraciones, estudios, debates y discusiones son relativamente nuevas para
nuestra sociedad occidental, pero para los indios de la costa del Pacifico NO
americano la preservación medioambiental no se planteaba como tema discutible
ni opinable, ni como una preocupación externa a su vida cotidiana.
Sencillamente, vivían inmersos en el medio ambiente, a cuyo entorno pertenecían
de manera natural perfectamente integrados en el hábitat que era su vida.
La zona aludida se
concreta en los actuales estados de Washington y Oregón en USA y de Columbia
Británica en Canadá.
Allí vivían
diversas tribus con distinta población y distribuidas en territorio de
diferente tamaño, subdivididas en varios grupos o bandas, que tenían en común
un estilo de vida basado en la hermandad con el medio, al que amaban y
respetaban, y de cuyos abundantes frutos se aprovechaban, ya que el terreno era
pródigo en caza, pesca (marítima y fluvial) y bosques repletos de todo lo
necesario para autoabastecerse y construir sus viviendas y utillajes.
Muchos historiadores y estudiosos coinciden en clasificar a estos
indios como los “ecologistas naturales” o los “aborígenes conservadores por la
peculiar actitud de estos indígenas hacia la tierra que compartían con otros
seres vivos. .
La compenetración
con el medio ambiente se percibe sobre todo en dos aspectos importantes de las
vidas de estos clanes. Uno tiene que ver con la supervivencia material (aunque
ligada también al espíritu): la pesca del salmón y todo el significado que ello
conlleva. El otro aspecto es puramente pneumático: el poder de los espíritus.
La pesca del salmón
El retorno del salmón
es uno de los fenómenos más hermosos de la vida en el pacífico NO de América.
Hay cinco especies
distintas y todas ellas siguen idéntica ruta. Los jóvenes salmones emprenden su camino río abajo hacia el agua salada hasta
que, reclamados por una llamada misteriosa –creían los indios-, inician el
retorno río arriba luchando contra los rápidos y las corrientes y remontando
pequeñas cataratas hasta llegar –los que no son capturados por el camino- a su
pequeño río tributario donde nacieron. Allí se reproducen y luego mueren.
El ciclo vital del salmón en esta parte del mundo continúa
siendo un misterio para los investigadores de hoy día, como lo fue para los
indígenas que vivían entonces. Algunas teorías apuntan que el salmón encuentra
su camino de retorno desde el mar usando el sol y ajustándose a sus posiciones
a lo largo del día; su instinto les llevaría al agua dulce y una vez allí
recuerdan formas e inician de manera natural movimientos río arriba guiándose
especialmente por un delicado sentido del olfato, que les dirige hacia su lugar
de nacimiento.
Estas teorías
suscitan muchas dudas y cuestiones sin descifrar. Los indígenas de la zona, con
su antropomórfica concepción de que todos los seres vivos eran seres humanos
que tomaban diferentes formas según las circunstancias, creían que el salmón
retornaba para beneficiar al hombre, suministrando sustento a la tribu. El
hombre-salmón vivía en cuevas
submarinas esperando la estación propicia para vestirse con su traje de salmón
e iniciar la ceremonia de su sacrificio remontando los ríos. El indígena,
conocedor de esto, cumplía escrupulosamente su parte en el equilibrio de la
naturaleza para no perjudicar al hombre-salmón, así que, cuando comían el
pescado tiraban las espinas al agua para que se produjera la reencarnación al
completo. Si caían en tierra algunas espinas, el hombre-salmón se reencarnaba cojo o manco, o sin otro miembro.
El poder de los
espíritus
Casi todas las
acciones de la vida de los pobladores de esta zona estaban conectadas con el
poder de los espíritus: los hombres-salmón, los espíritus de los cedros y de
otras
especies de los
bosques (a los que había que pedir permiso para derribarlas), los espíritus de
algunas piedras o rocas (que no se podían mover sin el permiso de su
“poseedor”), etc.
El catalizador de
toda esta corriente espiritual era el hombre-medicina de la tribu, el shaman,
gran conocedor de las plantas medicinales de su entorno, que aplicaba en forma
de cocimientos, cataplasmas, bálsamos y jarabes, acompañándose siempre de canciones monocordes en las
que se reclamaba la ayuda de los espíritus.
Cuando alguien caía
herido o enfermo, se acudía al shamán, al que se tenía mucho respeto y era
tenida su figura en gran prestigio (aunque inferior al del jefe). Creían que
las enfermedades podían ser producto de la enemistad de algún espíritu y que
éste había inoculado el mal, así que lo primero que había que hacer era tratar de sacar del cuerpo del
enfermo esos pequeños objetos semianimados, o neutralizar el hechizo o el mal
de ojo.
. Hay que señalar
que muchos de estos hombres-medicina padecían epilepsia, lo que les confería
una “ventaja” a la hora de atemorizar y convencer a sus vecinos de sus poderes
ultramundanos. (8) Los que no tenían epilepsia se provocaban ataques similares
usando plantas alucinógenas.
Así pues, el medio
ambiente y su íntima conexión con los pobladores de la costa NO queda patente
no solo en su modo de vida cotidiano, sino también en el tratamiento espiritual
y trascendental, por lo que han sido considerados como ecologistas naturales.
Llegada de los
europeos
La llegada de los
europeos a las lejanas costas del
NO supuso para los habitantes de estas latitudes una serie de conmociones en
cadena que pasaron, sin duda, las fases de: sorpresa, curiosidad, colaboración,
recelo ante las crecientes exigencias de los europeos, temor ante las
frecuentes agresiones ante un modo de vida, protesta ante la paulatina
devastación ecológica del entorno, oposición ante las imposiciones de nuevas
culturas, confrontación y, finalmente, sometimiento y adaptación forzosa ante
lo inminente.
Sin embargo, “los
europeos” no eran un solo pueblo con idénticas leyes y actitudes, sino que eran
varias naciones que, aunque compartían la misma filosofía occidental de la
vida, tenían sus peculiaridades, y sus propias leyes y modos de vida diferentes
(e incluso enfrentados entre sí.
Atrás quedaban los
siglos XVI y XVII con su componente de aventura y conquista. El siglo XVIII era
el Siglo de las Luces. Las naciones europeas competían en el plano político y
en los avances científicos y tecnológicos. Esa competición en la vieja Europa
la trasladaban allende de los mares, confrontando poderío y afán de
conocimientos.
Hacía ya muchos
años que los rusos comerciaban con los nativos, habiendo establecido sus
factorías a lo largo de las costas septentrionales. Los españoles, ahítos de la
aventura americana, extienden su fiebre exploradora hacia el norte, tanto por
tierra como por mar. Los ingleses y franceses no quieren perder terreno en un
área que se perfila de gran riqueza. Norteamérica, recién estrenada su
independencia, no puede faltar a la cita de “los grandes” en un territorio que considera más “suyo” que
de las otras potencias. Comienza así la gran función en la que serán actores
principales los europeos de una manera volitiva y consciente, y los indios
habitantes de estas tierras de manera involuntaria e inconsciente.
Y así llegamos al
siglo XIX, cuando surge la relevante figura del Jefe Seattle.
El Jefe Seattle,
figura emblemática en la defensa del medio ambiente
La figura del Jefe
Seattle, el discurso pronunciado ante el Gobernador Isaac Stevens, Comisario de
Asuntos Indios en el Estado de Washington y, sobre todo, la Carta al Gran Padre
Blanco de Washington convirtieron a este indígena jefe de los suquamish y de
los duwamish en el gran símbolo del movimiento ecologista que se desarrolló en
la década de 1970. Todos aquellos que se definen defensores del medio ambiente
veneran la memoria del jefe cuya actividad, valentía y profunda comunión con el medio revelan la enorme preocupación
que él y sus contemporáneos sentían por la degradación que estaba sufriendo la
zona merced a la acción devastadora del hombre blanco.
La carta del
Jefe Seattle
Éste es uno de los
documentos más apreciados por los ecologistas. En 1854 el presidente de los
EE.UU Franklin Pierce envió una oferta al jefe Seattle para comprarle los
territorios ocupados por las diferentes tribus agrupadas bajo el mandato del
jefe. A cambio le ofrecía la creación de una gran reserva para él y para su
gente. En 1855 el jefe de los swanish responde mediante una larga carta al
“Gran Padre Blanco de Washington”. Esta carta, difundida a través de Naciones
Unidas, publicada por el PNUMA (Programa de ONU para el medio ambiente), y
reconocida por el Consejo de Europa para su difusión internacional, es la
declaración más profunda y bella que se ha hecho sobre el medio ambiente.
l.
Está escrita, en
plena madurez, por un hombre que había pasado de la confrontación y la lucha al
diálogo, a la pacificación y al consenso. Sabía que luchar contra el hombre
blanco era inútil, que peligraban sus tierras, y que la reivindicación de las
mismas no podía hacerse por el camino de la guerra o de la oposición. La
actitud conciliadora que manifiesta en esta carta como tendedor de un puente
hacia la amistad y el entendimiento era muy meritoria y difícil en un tiempo en
el que percibía que el modo de vida de su pueblo sucumbía irremediablemente. La
última baza que le quedaba por jugar era la de convencer al Presidente Pierce
–al “Gran Padre Blanco”- de que, si les dejaban en sus territorios, ellos los
cuidarían y los defenderían no solo por el bien de su propio pueblo sino
también en beneficio del hombre blanco, que no sabía cómo cuidar el entorno y,
según utilizaban sus inventos y tecnologías, pronto terminarían degradando el
medio ambiente, vital para la regeneración de la tierra y de las especies.
Consideraciones
finales
No hay absoluta
certeza de que el discurso y/o la carta
del jefe Seattle sean verdaderos o falsos; de si partieron de una mínima base y
luego fueron modificados; de si la idea inicial fue del jefe indio y luego
ampliada por posteriores protagonistas; o bien si todo
fue auténtico y nos
encontramos ante un verdadero visionario de la defensa medio ambiental….
Solo sabemos una
cosa: cuando el ser humano genera una idea tan auténtica, veraz y hermosa como
es el cuidado y la prevención del deterioro de la tierra y de las especies, el
respeto debe ser unánime.
La carta contiene
profundos pensamientos sobre ética, patria, naturaleza, religión trascendencia
del ser humano ecologismo recapacitación sobre el destino común de los seres
que pueblan el universo.
El amor por su
territorio se hace tan patente y profundo que trasciende desde su período vital
hasta más allá de su muerte, aludiendo al término “madre” como característica
definitoria de ese amor.
Alerta sobre las consecuencias
que podrían derivarse del uso indiscriminado de los bienes de la naturaleza.
Esta degradación se va manifestando de manera paulatina y continuada. Por ello
insta al hombre blanco a proteger su entorno porque éste es perecedero e
intenta hacerle comprender que del abuso del poder incontrolado pueden
derivarse consecuencias irreversibles para ellos y para sus descendientes.
Sería triste que la
especie humana terminase de vivir para contentarse con una mísera
supervivencia.
El cambio. El
Lobo James
Los indios de la Costa
Noroeste, al igual que otros indígenas de Estados Unidos, comprendieron que
debían organizarse por sí mismos y luchar por sus propias reivindicaciones.
Algunas instituciones y organizaciones tanto de indios como de blancos apoyaron
la lucha de los indios por su supervivencia, ligada siempre a la protección del
Medio Ambiente. Actores y actrices del prestigio de Marlon Brando, Jane Fonda y
Robert Redford, entre otros, salieron valientemente a la palestra, explicando a
sus compatriotas el abandono en que se encontraban los pueblos indígenas y la
falta de atención de las sucesivas administraciones, pero, pese a todos estos
movimientos de protesta, no se consiguieron resultados espectaculares.
En el año 1990
conocí a un descendiente directo del Jefe Seattle, conocido como el Joven
Seattle o el Lobo James. Me introdujo en su tribu un antropólogo y biólogo
americano, Kart Russo, gran amigo de los indios lumi. El Lobo James se mostró
amistoso, aunque muy tímido. Me llevó a casa del Jefe Ken Cooper, quien nos
esperaba con su esposa para darme la bienvenida. . Me enseñaron sus tierras,
sus bosques, explicándome para qué servía cada planta, los usos medicinales que
tenía, y la relación que tenía cada objeto (animado o inanimado) con los
espíritus. Cooper me dijo que cada vez que derribaban un cedro oraban antes
pidiéndole permiso al espíritu del cedro, y que mantenían viva la tradición de,
cuando comían salmón, arrojar las espinas a los ríos para que el dios-salmón se
reencarne completo.
Siguen creyendo en
un poder supremo que manda en todo. Aunque tienen acceso a los médicos y a la
medicina de los blancos, siguen utilizando la sabiduría de sus shamanes y sus
plantas medicinales, por ejemplo, la corteza del cerezo, tomada en forma de
jarabe, para el resfriado. Tienen sus Universidades y estudian básicamente
derecho y temas relacionados con el medio ambiente. Aunque han conseguido que
muchas leyes americanas protejan sus derechos, siguen luchando para proteger su
identidad.
Conclusiones-
Reflexiones
¿Fue el Jefe
Seattle una especie de profeta del ecologismo? ¿Fue un crítico avanzado de
nuestra civilización industrial? ¿Fue simplemente un indio estrechamente
vinculado a la naturaleza, que expresó en forma sencilla y auténtica lo que
veía a su alrededor y lo que podía adivinar en un futuro?
Nunca lo sabremos.
Lo cierto es que Seattle se ha convertido en el mito del ecologismo, donde los
pueblos indígenas y sus descendientes se manifiestan como cuidadosos
ahorradores y preservadores de los recursos frente al derroche manifiesto de
los exploradores, colonizadores y pobladores blancos. Los indios de la costa NO
de América vivían como poblaciones autosuficientes, limitándose nada más que a los recursos que tenían
a su alcance, a merced de las fuerzas naturales e influenciados por las
creencias espirituales que estaban presentes en sus vidas. Su estilo de vida en
comunión con la naturaleza no pudo trascender por la poca población y escasez
de medios, pero acabó propagándose gracias al impacto de la difusión de la
carta del Jefe Seattle.
Nada importa la
autenticidad de la carta en tanto comprendamos que ésta nos llega a los
occidentales como un boomerang de nuestro “yo” perdido. Nos devuelve nuestra
propia y antigua figura de seres libres y auténticos deformada en un espejo,
siempre insatisfecha, devoradora de recursos e incapaz de asumir la estrecha
vinculación del hombre y el medio.
En tanto en cuanto
la vieja carta de Seattle sacuda nuestras conciencias, nos abra a la
comprensión y nos despierte de nuestro letargo incorporándonos a la defensa del
medio ambiente, bienvenida sea dicha carta, autentica o falsa, original o manipulada.
Si queremos cambiar el dramático final de la carta del Jefe Seattle: “Termina
la vida. Empieza la supervivencia”, el mensaje es inequívoco: HAY QUE SALVAR LA
TIERRA. Mientras tanto los indios de la región elevan una oración a su cielo:
GRAN ESPIRITU, PODEROSO PADRE, PERDONALOS PO NO AMAR A SU MADRE TIERRA, PERO
SALVALA……… PARA NUESTROS HIJOS
domingo, 7 de octubre de 2012
Fijet en Alejandría
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viernes, 5 de octubre de 2012
Miguel Angel González Suárez, elegido miembro de la Comisión Ejecutiva de la Federación Mundial de Periodistas de Turismo
Esta semana se ha desarrollado el 54º Congreso de la Federación Mundial de Periodistas y Escritores de Turismo en el Cairo, Egipto. En esta ocasión, también ha sido una cita electoral y mediante listas abiertas se presentaron 2 candidaturas a la Presidencia de FIJET. Y 18 países optaron a cubrir los 8 asientos en el Comité Ejecutivo.
Tras la resolución del proceso electoral, la máxima dirección de la organización mundial la van a ostentar durante los próximos 4 años:
Presidente: Mr. Tijani Haddad (Tunez)
Vocales: Mr. Ertan Sandiikcagw (Turquia)
Mrs. Tina Cubriro (Croacia)
Mr. Salan Attia (Egipto)
Mr. Miguel Ángel González Suárez (España)
Mrs. Bernadette Bonnetain-Roux (Francia)
Mrs. Natalia Tarasenko (Rusia)
Mr. Ertan Sandikcioglu (Israel)
Mrs. Ana Plenzlor (Polonia)
La candidatura de España fue la del directivo de FIJET España D. Miguel Ángel González Suárez, Presidente del Centro de Iniciativas y Turismo de Santa Cruz de Tenerife, que fue uno de los más votados.
La Federación Internacional de Periodistas y Escritores de Turismo se fundo en París en 1954. Tiene su sede en Lyon, Francia. Esta formada por profesionales del periodismo, editores y escritores. Teniendo una dedicación a la objetividad en su trabajo y esfuerzo constante para elevar el nivel intelectual del turismo mundial y el nivel físico de los destinos y lugares de interés.
FIJET cuenta con más 1.000 miembros en 45 países. Todos los año se lleva a cabo un "Congreso Mundial" para destacar un tema o problema de interés internacional en los viajes y el turismo.
Desde 1962 es miembro consultivo de UNESCO con el objetivo de promocionar las culturas del mundo, la difusión de ideas, aumentar la seguridad y la paz, así como la cooperación y el entendimiento universal, y estimular la cultura y la ciencia. También es miembro asesor de la Organización Mundial del Turismo (OMT), la Federación Universal de Agencias de viajes y del Consejo Internacional de Turismo, entre otros organismos internacionales.
miércoles, 12 de septiembre de 2012
CAMINOS QUE LLEVAN A ESPAÑA
La fe movió a la inmensa mayoría de los
peregrinos, en la época medieval, a venir a España: por el Camino de Santiago. Y en la esperanza de encontrar el sosiego para su espíritu, por el perdón del jubileo, los difíciles caminos de la España de entonces, fueron recorridos por
hombres que" la mayoría de las veces" consiguieron su meta gracias a la caridad de nuestras gentes.
Todo ha cambiado: los
caminos han mejorado y los medios de comunicación retan
al tiempo cada vez con mayor temeridad; la España monumental y la hospitalidad de nuestro pueblo sale al mundo pregonada en carteles, en ferias, en congresos y en multitud de proyectos publicitarios y
turísticos. Ello hace que sean
otros, los caminos, por los que la mayoría de los visitantes llegan a nuestras ciudades y pueblos.
Por el camino de la imaginación llevada ron acierto por medios competentes, sale al mundo España, retratada en rejas floridas, en corridas de toros r en paisajes soñados, en pueblos bellísimos, casi irreales ... y quien mira un cartel, siente la inquietud por gozar de sus playas de arenas finísimas como las del Norte. lA más de uno le atrae verse dorado. por el sol de la costa de su nombre y comprobar, por si mismo, la calidad del turismo y de su oferta hotelera.
Paisajes, playas, cocina y diversiones poseen otros lugares cercanos o lejanos a nosotros pero no los ofrecen con la generosidad de nuestras gentes. El paisaje envuelve a España, el mar mima nuestras costas, la variación gastronómica es alabada universalmente por su calidad y buen hacer; la fantasía está asegurada en las creaciones de nuestros artesanos, pintores y arquitectos que hacen de su profesión un arte; los poetas son conocidos universalmente y raro es el país que no recita versos en castellano y hasta en la conversación del que liga con el pueblo, juega un papel principal la fantasía. Muy arraigado está el "deber de la diversión" en el modo de vivir de los españoles. Durante todo el año, una región o> un pueblo. está de fiesta, si no es España entera la que festeja grandes solemnidades. Para venir aquí, los reclamos de siempre son efectivos: San Fermín, las Fallas, la feria de Sevilla, Semana Santa…pongo por ejemplo, pero quizá en el corazón de quienes nos visitan quede la alegría de una romería de pueblo encontrado al paso; de una procesión ancestral no programada por el visitante que llamó su atención y le detuvo en el camino; de un rio verde y solitario todo el año que, llegado su tiempo, se llena de pescadores pacientes deseosos de obtener el mayor ejemplar que les proporcione el premio soñado.
Por el "dinero", camino que cada día trae más gentes viajeras, pueden verse
realizados los proyectos más ambiciosos dada la cantidad de opciones en un mercado tan variado como el nuestro: Desde adquirir lo soñado, hecho realidad por
otros, hasta realizar el sueño más imposible.
Urbanizaciones fantásticas de las Costas
del Sol, Blanca, Verder Dorada ... son vivienda permanente de gentes que llegaron sin saber nuestro idioma y nos vemos sorprendidos por el conocimiento que han
adquirido de nuestras obras de arte, de nuestros, músicos, de las ciudades y escritores. Hasta de los
giros del idioma saben el significado. La mayoría se han asombrado con la Alhambra, la Catedral de Burgos, la dé León, la de Salamanca; ciudades como Toledo, Sevilla, Zaragoza, Teruel, Cáceres, Valladolid, Málaga, Cuenca .. .son tan conocidas por los extranjeros que una se sonroja al oír detalles de los
que se es ignorante, dada la variedad y gran riqueza que poseemos en estilos arquitectónicos, en escuelas pictóricas, en monumentos históricos artísticos y hasta en leyendas antiquísimas...
Por el camino de la "tranquilidad" se busca la ruta española. Gentes, sencillas hacen amable la estancia del viajero, en pueblo de
pescadores o en magníficos hoteles y se ensimisman viendo los lugares del “Quijote" aquellos que leyeron las andanzas del "Caballero de la Triste figura”. Y las altas montañas donde la nieve es presencia en los picos- aun cuando del calor es el tiempo o en blanca sabana se extiende para arropar al invierno, mientras se deja acariciar por quienes buscan el placer en el esquí, hacen de España el país de las opciones más dispares en la realización de los deseos. En un mismo día se puede esquiar por la
mañana y bajarse, tranquilamente, al mar por la tarde o dorarse por el sol Mediterráneo.
Tienen nuestras provincias Universidades de gran solera intelectual y se desplaza la Universidad "Menéndez y Pelayo" allá donde la. inquietud de tos estudiosos la lleve. Más vive una especial cultura en el modo de ser del español, aun en los pueblos
más aislados, que no desdeñan el trato con el visitante, extranjero o no, y le hace partícipe de su entorno familiar o comarcal y, hasta le sienta a su mesa, no sin asombro del; invitado.
Ganas de conocer España le hacían morir a un cubano y vi lágrimas de emoción en Estado Unidos cuando en un picnic me obligaron los amigos a cantar una jota, que trajo consigo hablar de Aragón, de sus fiestas, de sus gentes, de sus gestas.... Y desde Bangladesh añoran nuestra patria, que sirve de comentario gratísimo en reuniones familiares, midiendo posibilidades para viajar hasta aquí. Y
es que
cada español lleva en si la mejor publicidad de su pueblo. Tenemos los españoles tantas cualidades, que si supiéramos la influencia, no soto turística, que su práctica representa, no quedaría un hueco en nuestros pueblos sin la presencia de gentes que, respetando su país de origen, no se llevaran al nuestro en el mejor de sus recuerdos.
MARIA TERESA
AGUlLÓ SANMARTÍN
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