María Teresa Aguiló Sanmartín
Periodista FIJET España
Los picos
de las grandes moles Pirenaicas aún tenían un límpido manto de nieve que se iba
derritiendo en torrentes y cascadas magníficas señalando la llegada de la
primavera. El cableado de los arrastres y las sillas para el deporte del esquí,
ahora quietas, parecían añorar el calor de los deportistas que, horas antes,
aún disfrutaban del deporte blanco, que este año se alargó más.
La
carretera-culebra nos sorprende con panoramas fantásticos, donde la imaginación
juega con la realidad un importante papel. Los verdes valles franceses muestran
de su ganadería las hermosísimas vacas y los poderosos caballos que, en ese
momento me acercaban mi niñez mas querida, como el recuerdo de la yegua “Chata”,
francesa, que, aunque se denomine de Tarbes, su raza no es autóctona pues tiene
su origen en Noruega, siendo muy apreciada por el empaque la fuerza y el
poderío. Me conmovió recordarla al ver las pobladas crines y la larga cola de
los caballos rojizos en la pradera.
Un fin de
semana que auguro será para el recuerdo porque la oferta de El Corte Inglés y
Renfe con los autobuses de la empresa Alosa, llamados “María”, forman un trío
empecinado en que la experiencia, comenzada hace cuatro años, sea grata para
cuantos se acerquen a contratarla. Con el formidable tren Ave, que va y viene
casi por toda España, han coordinado el ferrocarril más rápido con los confortables autobuses que esperan
a pie de estación en Huesca, si vienes de Madrid en Ave y te dejan a la puerta
del hotel contratado para disfrutar del programa “ AVE MARIA “, impulsado por
El Corte Inglés. Todos los viernes, desde el 10 de Abril al 30 de Octubre. De
otros lugares de España también funciona el programa “AVE MARÍA”, con las
oportunas conexiones, cuya información puede obtenerse en El Corte Inglés.
Pasados
los Altos Pirineos Franceses, en el distrito de Arles, a orillas del rio Gave
de Pau, se encuentra la ciudad de Lourdes, donde 17.000 habitantes viven
dedicados a la Virgen del Rosario en la fabricación de objetos religiosos como
industria principal, ya que las multitudes que hasta allí se desplazan llevando
la fe en los rostros y en la palabra la emoción del “milagro”, abarrotan los
Santuarios y las calles que muestran, de mil maneras en los objetos, la
devoción que les congrega, los fines de semana, principalmente, para saludar a
la Inmaculada Concepción, que así se identificó la Virgen vestida con túnica
blanca, ceñida por banda azul, con una rosa de oro en cada pie y la mirada
hacia el Cielo, al aparecerse a la pastorcita Bernardette Soubirous, de catorce
años, el 11 de Febrero de 1858. Desde esta fecha, cumplido el deseo de la Virgen de que se hiciese
una capilla en su honor, en la roca de Massabielle, donde está la Gruta de las Apariciones, ríos de peregrinos
han llenado la enorme plaza de los Santuarios buscando cada corazón su consuelo.
Fueron dieciocho
las apariciones que arrebataron en éxtasis a Bernardette, haciéndola
incombustible al fuego y a las múltiples pruebas que, para creer sus
afirmaciones sobre la Virgen, exigieron, clérigos, prelados, científicos y
médicos hasta comprobar que el relato de la niña sobre lo que veía y le sucedía
era la verdad venida del Cielo, para convocar a la oración rogando por los
pecadores. Señaló la Virgen a la vidente que bebiera y se lavara con el agua surgida
del manantial y así lo vienen haciendo la infinidad de enfermos que llegan hasta allí logrando
curaciones, algunas instantáneas, a las que no se encuentra explicación
natural: El agua no tiene especiales propiedades medicinales y las curaciones
tampoco tienen explicación en la ciencia médica; es la Virgen quien obra los
milagros.
Bernardette
murió en Nevers como Hermana de la Caridad, en 1879, y fue canonizada por Pio
XI, en 1933. La magnífica Basílica del Rosario sigue mostrando en su fachada
principal los bellísimos mosaicos que tantas cavilaciones han producido a sus
artistas para salvarlos de la gran humedad de la piedra. Por la puertas de la
Vida y de la Luz entran y salen de la Basílica los peregrinos, bajan la gran
escalinata, recorren en Vía Crucis y procesión de antorchas la gran explanada
de la Basílica que acoge a los fieles que entran por las puertas de San José o
de San Miguel y quieren dirigirse a otra Basílica, la subterránea, que puede
acoger hasta 25.000 fieles y en donde se venera la reliquia de un trocito de la
túnica que llevaba el Papa Juan Pablo II cuando fue atacado en la Plaza de San Pedro por un
infiel turco. La Basílica tiene la forma del pez de los primitivos cristianos,
invertido, de ahí las nervaduras y columnas que recuerdan su esqueleto. El
espacio logrado es impresionante para que hasta allí puedan llegar los enfermos
más discapacitados, que se cuentan a millares.
Dentro
del mismo paquete turístico, se pueden ver cosas interesantes
en los alrededores de Lourdes, como la ascensión al Pic del Midi -unos 3.000 metros de
altura- subiendo en funicular para gozar de un paisaje increíble, casi
sobrepasando los picos. En la cumbre se visita el Museo del Observatorio
Astronómico, donde por vídeo se
asombra el visitante ante las dificultades que para su construcción tuvieron
que vencer seres irrepetibles, en tiempos difíciles y carentes de medios para
una obra tan extraordinaria. La visita puede alargarse con hospedaje y
disfrutar del Observatorio durante toda la noche, si así se desea.
Hay otras
excursiones posibles a preciosos parques. Mi grupo visitó un bonito Zoo donde
se muestran los animales en un ambiente idóneo y cercano al visitante, con senderos
cómodos y fáciles para venir en familia con el disfrute de los niños asegurado
por la cercanía y variedad de los pobladores del recinto, tal los linces, los
osos, el leopardo, las marmotas, las saltarinas nutrias y toda clase de aves. Una
modalidad de regreso es hacerlo en bicicleta, por la vía verde del Gave, unos
diez kilómetros, para tomar el autobús de regreso a Lourdes.
Para otra
visita dejo la Fortaleza que domina la ciudad. La leyenda atribuye un asalto de
Carlomagno a este castillo llamado Mirambel, que ocupaba un emir musulmán.
Los
hoteles que he disfrutado me han proporcionado un sueño placentero entre
atenciones de bienvenida en el Hotel Miramont, junta al río, y me han
sorprendido, en el Hotel Paradis, con una capacidad de 300 habitaciones y
numerosos salones para cuantas actividades se requieran. Es de destacar, la
variedad de su gastronomía, la bonita presentación de suculentos y refrescantes
platos y su plantilla compuesta de un personal cualificado y siempre atento con
el cliente.
Bajo la
batuta de Rafael Moreno, que vive el programa “AVE MARÏA” poniendo el alma y su
gran experiencia, nada puede fallar y el éxito está asegurado.
He
regresado a Madrid con el corazón rebosante de amor a mis semejantes y el deseo
de la paz más duradera para el mundo. La Virgen ya lo sabe: Volveré.